La empresa logroñesa desarrolla con el apoyo de Wayra, la firma de Telefónica, un proyecto tecnológico que localiza la pared elegida sin los errores de un GPS
Con el ancho mundo como potencial mercado, la empresa riojana Graffter ofrecerá en unos meses a millones de usuarios acostumbrados a inmortalizar su vida en el móvil, la oportunidad de dejar una huella imborrable en cualquier pared del planeta. Eso sí, virtual.
La firma, nacida hace tres meses en Logroño, se forja en el espíritu innovador y la confluencia de intereses de dos riojanos -Jorge Remírez y Jorge López- y dos madrileños -Miguel Ángel Orellana y Marta de Pedro-. «El proyecto surgió en primavera, cuando decidimos plasmar esa inquietud existente en muchos ciudadanos por dejar su huella en los lugares por donde pasan, cada vez más digitalizados en los mapas y en las aplicaciones. La idea arrancó en el mundo del graffiti, pero eso ha evolucionado», se arranca Jorge Remírez. El giro tiene que ver con la decisión de la firma riojana de presentar su proyecto, a finales de mayo, a Wayra, la empresa de Telefónica Digital ideada como incubadora de proyectos de las tecnologías de la información y la comunicación.
El sí de la multinacional dedicada al impulso a la innovación llegó muy pronto, el 3 de junio. «Éramos optimistas, aunque sabíamos que era difícil por la gran competencia. Por ello agradecemos a Wayra la confianza en su apuesta por nuestra idea», confiesa Remírez.
Visión artificial
«Sí, en la academia de Wayra nos han abierto un poco los ojos y hemos evolucionado el proyecto de los graffitis y ampliarlo, de tal forma que apliquemos nuestra tecnología, que es nuestro factor diferencial, a conceptos a los que la gente esté ya acostumbrada en aplicaciones que el público esté utilizando, para así conseguir evolucionar la experiencia de algo que la gente esté ya acostumbrada a hacer o ya está utilizando», añade Miguel Ángel Orellana.
Así, poco a poco, el proyecto ha virado al contemplar todo un entorno global, las ciudades y todas sus fachadas, en el que poder dejar una huella virtual. «La base tecnológica desarrollada lo que nos permite es localizar la pared elegida de una forma muy precisa e inexistente hasta ahora. El GPS tiene un error que nosotros eliminamos mediante un sistema de visión artificial. Asociado a ese punto espacial podemos subir graffitis, fotos, opiniones, comentarios... lo que queramos, en cualquier pared de cualquier ciudad», resume Jorge López.
«El concepto con el que trabajamos es que la gente pueda dejar su huella en la ciudad. Por ejemplo, yo he estado con mis amigos cenando en un restaurante, nos hemos hecho la foto y la dejamos pegada en la fachada de ese restaurante con nuestra recomendación y eso, lo podrán ver todos los que pasen delante de ese restaurante y tengan instalada la aplicación», concreta Orellana.
Con la idea de disponer ya de un primer producto viable para principios de año y un diseño precomercial en la primavera para testear el proyecto, el modelo futuro de negocio pasaría por micropagos de unos céntimos, para, por ejemplo, alargar la permanencia de una fotografía en un determinado lugar, o alquilar determinadas paredes como espacios publicitarios virtuales, entre otras posibilidades. «Este es un proyecto tecnológicamente muy potente, lo que nos va a permitir en el futuro desarrollarlo y evolucionarlo fácilmente con cualquier cosa que se nos ocurra», coinciden los tres socios, quienes también tienen clara la permanencia de la firma en La Rioja. «Innovar se puede hacer en cualquier parte del mundo y una de las ventajas de este tipo de aplicaciones es, precisamente que son globales. No hay que ir a Silicon Valley, se puede hacer desde aquí, desde Logroño. Aunque hay que moverse, tienes que estar donde te sientas cómodo y aquí se vive muy bien», rematan.
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